miércoles, 6 de febrero de 2008

Vida o Muerte 3

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Hechos 2:37

Estimado lector:

Cuando Pedro predicó el evangelio de Jesucristo dijo las siguientes palabras: a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Ciertamente estos hombres habían gritado “¡Crucifícale!, ¡Crucifícale!” después mataron a Jesús, y ahora estaban escuchando que al que mataron fue al Cristo (Salvador) y Señor; ahora te digo a ti; que así como esos hombres crucificaron al Señor, así también tus pecados formaron parte del asesinato del Hijo de Dios. Y también como a esos hombres se les dijo: Dios lo ha hecho Señor y Cristo, ahora Dios te dice, “Mi Hijo esta conmigo ahora, sentado a mi diestra y le he dado toda autoridad en el cielo y la tierra”. Ahora, yo no se que es lo que piensas después de haber leído los primeros dos folletos, yo no se si esto te ha importado, yo no se si lo que Cristo ha hecho por ti te dio risa o te ha quebrantado el corazón, pero una cosa si se, que después de haber leído estos tratados, Dios ya tuvo suficiente misericordia para contigo, Dios ya te dio el aviso, Dios ya te anuncio el ultimátum (por si no lo sabias); no tengo tiempo ni interés en lo que piensen los burladores, pero si en los que buscan a Dios y desean cumplir su verdadera voluntad, yo no se si tu ahora te auto-consuelas diciendo “pero no soy tan malo”, “yo hago muchas cosas buenas” “pero no he matado a nadie”, “pero voy misa todos los días”, o, te estas quebrantando en tu corazón, dándote cuenta de la realidad de tu vida y ver que delante de Dios es un desastre, una abominación. Espero que al haber escuchado de Cristo y de su obra redentora, de su evangelio, de las buenas noticias de que a pesar de lo que hayas hecho, Dios esta dispuesto a perdonarte si te arrepientes y crees en el Hijo de Dios. Realmente deseo estimado lector que ahora te estés compungiendo (punzadas en el corazón), realmente espero que estés diciendo en tu corazón ¿Qué voy a hacer Dios?

No es por obras

Hay gente en nuestra ciudad que posee demasiado dinero, debido al esfuerzo de su trabajo, y se que entre ellos hay algunos que cada determinado tiempo, toman parte de su dinero y se van a las comunidades marginas del estado, donde hay gente muy pobre, llegan ahí en vehículos y camionetas a repartir ropa, despensas, juguetes, o lo que fuera que pueda ayudar a la gente. No digo que esto sea malo, al contrario es bueno saber de gente que tiene esa cualidad de despojarse de lo suyo para darle al que no tiene, eso la Biblia lo llama: hacer misericordia, tener misericordia de la gente. Lo malo esta en pensar que por hacer este tipo cosas uno ya se esta ganando el derecho de entrar en el cielo y no es así.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 2:8,9

A lo mejor en la pregunta de “¿Qué voy hacer?”, te habrás respondido: “Pues mejorare mi conducta, mi vida moral, ya no seré tan desastroso, empezare a ayudar a la gente y me comportare mejor en mi casa y en todo lugar, y creo que así salvare mi alma”. Si te has respondido así, estimado lector, déjame decirte: que bueno que decidas mejorar tu vida, pero ni por que vivas bien mil años sobre la tierra, aun así no te salvaras. ¿Por qué?: Porque por gracia somos salvos; esto quiere decir que Dios, su evangelio de salvación que ofrece es un regalo, no es algo que se pueda comprar con dinero, con obras, o con conductas, es un regalo inmerecido y de eso ya hemos hablado. Para comprenderlo mejor te pondré el siguiente ejemplo: Imagina que un hombre va a exceso de velocidad en su moto, que por andar así, y por su descuido, atropella a una niña y la mata, el quiere huir de su delito pero acusado por su conciencia no lo hace, se baja de la moto, trata de ver si la niña reacciona, se angustia, pide ayuda y espera a que venga la ambulancia. Llega la ambulancia y junto con ella las autoridades. ¿Crees tu que la policía al ver a este hombre angustiado por lo que hizo, dirá: pues míralo, se ve arrepentido, vamos a dejarlo ir? ¿Verdad que no? ¿Por qué?, porque a pesar de reconocer su crimen, la deuda de su delito permanece. Lo mismo para con Dios y aun mas porque en el no hay corrupción, el juicio de Dios es justo en su totalidad. Y esto también es para que nadie se alce el cuello diciendo: “yo ya me gane mi salvación por lo que he hecho”, el pensar así, hasta es insultante para Dios, Es como si el motociclista quisiera sobornar a un policía que tiene principios y ética moral, es ofensivo, es indignante.

¿Entonces que haré?

Tu tienes que creer de todo corazón en Jesucristo como el Hijo de Dios y en su evangelio de gracia.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Juan 3:16-18

Tu fe debe estar centrada únicamente en Jesucristo y en su evangelio, su obra redentora; recuérdalo: Por gracia sois salvos por medio de la fe. ¿En quien?, En Jesucristo, como el Hijo del Altísimo que sufrió y murió por ti y al tercer día de estar sepultado, resucitó; demostrando de esta manera que Jesús es Dios y que su evangelio es verdadero.

Debes de creer en ese gran amor, tener fe de que Dios ¡si te perdona!, sea lo que hayas hecho. Y si envió Dios a su Hijo, es para demostrarte cuanto te ama y no quiere que perezcas eternamente en el infierno. Recuérdalo, tu fe debe estar únicamente en Jesucristo y en su sangre preciosas que te puede limpiar de tu maldad y destruir el expediente de tu vida pasada para con Dios, dándote una limpia conciencia y para que seas una nueva criatura en Cristo Jesús, un Hijo de Dios.

Lo que sigue, no sirve de nada sino has creído en Jesucristo y no te has convencido de su amor.

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Hechos 2:38

Las palabras son claras del apóstol Pedro, también tienes que arrepentirte

Arrepentimiento: Jesucristo hablo acerca del arrepentimiento y pondré un ejemplo que Él mismo dio: Un hombre tenía dos hijos, y acercándose al primero, le dijo: Hijo, ve hoy a trabajar en mi viña. Respondiendo él, dijo: No quiero; pero después, arrepentido, fue. Esto nos enseña algo claro, cuando la gente se aleja de la voluntad de Dios, de sus mandamientos, haciendo lo malo siempre. Pero cuando se arrepiente, da la media vuelta (ya no se sigue alejándose de “la viña”) y se vuelve a su Señor. De hecho la palabra

griega original para arrepentimiento significa, cambio de mente, un cambio de actitud, es decir, dejar tu manera impía de vivir, y volverte a tu Creador, y ¿sabes una cosa?, tienes un motivo fuertísimo para hacerlo; Jesucristo crucificado por ti, no lo confundas, porque algunos dirán: “bueno, primero me dices que no es por obras, pero ahora me dices que tengo que dejar mis pecados ¿No es lo mismo?” No. Porque ya aclaramos, que aun cuando te arrepientas no eres salvo, tu estado de muerte todavía sigue, aunque te arrepientas la deuda de tu pecado permanece. ¿Entonces por que arrepentirse?. Al arrepentirse, uno esta respondiendo con fe a Dios. Es decir, que tu al verte pecador y también al ver a un Dios apasionado por tu salvación, que envió a Jesucristo dando su vida por ti; tu reacción natural debería ser de quebranto de corazón, y por consecuencia una gratitud muy fuerte para con Dios la cual te moverá a dejar todas tus practicas pecaminosas. A Eso Dios le llama arrepentimiento.

Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes

Santiago 4:6

Dios no quiere que te “moralices” sintiéndote bien por dejar tus pecados, Dios quiere que te arrepientas, que te humilles ante tu Dios, que reconozcas que tu eres criatura y Él, tu Creador. Sí piensas que esto es demasiado, o no quieres dejar tu vida impía pensando que estas bien, tu estas en una actitud de soberbia y que te “caiga el veinte” de que Dios no te va a dar gracia, sino todo lo contrario, te resiste, no te va a aguantar ni aquí en la tierra, ni mucho menos en el cielo. El llamado al arrepentimiento es un llamado de amor inmenso, el no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan a arrepentimiento. Mi Dios ha dicho: Porque no quiero la muerte del que muere. Estas palabras te muestran su justicia, pero a la vez te muestra que no quiere que te pierdas, no lo quiere, no lo desea. ¿Quieres saber cual es el amor que no tiene limites y el mas apasionado de todo el universo? Es el amor de Dios; te reto a meditarlo en un rato que estés a solas y confirmaras lo que te digo, no hay amor como el de mi Dios, el no me pidió que haga procesiones, no pidió leerme libros y libros, no me pidió tener todos los llamados sacramentos para tener segura mi entrada al cielo, no me pidió hacer visitas y visitas y cursos para salvarme. Me vio desde su santa morada, no vio a un santo, vio un pecador, sin esperanza, y fue tanta su compasión por mi, que me mostró su salvación. Yo, movido por su grande amor, lo menos que pude hacer es arrepentirme. ¿Qué es lo que tu harás?

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. (Palabras del Señor Jesús).

Lucas 5:32

Un posible engaño...

Bautizar es según su significado de la palabra griega original. Sumergir en agua, de hecho, cuando la gente escuchaba (en los tiempos de los apóstoles) que se bauticen, ellos tenían por entendido que tenían que sumergirse en agua. No entrare en detalle que si el bautizo de infantes o por rociamiento en este tratado, tal vez será en otro (aunque no veo nada de eso por ninguna parte en la Biblia) .

A T E N C I O N:

Lo siguiente lo digo para prevenir que este mandamiento (que es santo, justo y bueno) no lo vuelvan pecado. Sí no hay un arrepentimiento, ósea la disposición verdadera de dejar todas tus practicas pecaminosas; el bautismo no sirve, y sí no tuviste fe en el Evangelio; mucho menos, ni que decir, si ni siquiera escuchaste el Evangelio.

¿Por que digo esto? Porque hay gente que por meterse al agua, piensa que ya se salvo, sin fe y sin arrepentimiento, y ¿Qué hace con este mandamiento? ¡Lo vuelve pecado! porque ya hizo de él, una obra para salvarse. Y recordemos que no es por obras. Sí fuera por meterse al agua simplemente, (aunque no es así) entonces todos los que están ahora en la playa, ya se salvaron, aunque sigan sus vidas impías. PERO NO ES ASÍ. Cuando hay un bautizo legitimo: ya hay la disposición de volverse a Dios, tu fe no estará en el Agua, sino en la sangre de Cristo; Dios en su grande amor, olvidara toda tu vida pasada, solo le importa su nueva criatura, tu, su recién nacido por la sangre de Cristo y no te dejara solo, te dará ese tesoro grandísimo que es el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que operó en los profetas y en lo apóstoles, para guiarte, darte luz de entendimiento en su Palabra, Tendrás promesas si sigues fiel al Señor. La vida eterna, morar en Jerusalén la celestial, la corona de la vida, Jesucristo estará contigo todos los días, te dará su paz la cual este mundo no entiende; y muchas preciosas y grandísimas promesas entraran en vigor. Si te ocupas en perseverar en este evangelio, nada, absolutamente nada te podrá separar del amor de Cristo, ni la vida, ni siquiera la muerte.

Padre, Quien es el hombre para que tengas de el memoria, y el hijo del hombre para que lo visites. Todos Cielos y la tierra y lo que en ellos habitan den honra y Gloría a Dios, y Jesucristo, que lo dejó todo para la salvación de los hombres. Estimado lector yo deseo que Dios te bendiga. Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Lucas 11:9

No hay comentarios: