miércoles, 6 de febrero de 2008

“La iglesia del Señor siempre ha tenido problemas desde el principio”

Preparándote para la frustración

Cuando íbamos a “evangelizar” o después que las personas “evangelizadas” se hayan bautizado, se les daba una serie de estudios doctrinales, y entre esos siempre salía el tema de que siempre habrán problemas, en la iglesia; a la verdad, esta declaración es genuina, pero no así en el caso de los hermanos de la iglesia de Cristo. Uno como miembro de la iglesia de Cristo, sabia los problemas a nivel iglesia local y peor aun, hasta a nivel regional. Esto lleva a preparar mentalmente a los nuevos adeptos para que puedan superar los conflictos que pudieran sobrevenir directa o indirectamente, conozco a varios que han sobrellevado esos problemas, pero a cambio de un corazón más religioso y sin vida, llenos de actividades, pero sin comunión diaria con Dios.

Pasemos a analizar esa parte de que en las iglesias siempre ha habido problemas, a lo que responderé, si, es cierto, siempre han habido problemas en la iglesia desde sus inicios, e incluso mencionare algunos ejemplos que usan ellos, para demostrar que si ha habido problemas, como es en el caso de los inicios de la iglesia: dos personas muy conocidas por su dramático final, Ananias y su esposa Safira (Hechos 5:1-11) y que decir de los problemas de los escándalos y las inmoralidades de la iglesia de Corinto (1Corintios 5), y Pablo pide que dos hermanas, Evodia y Sintíque se reconcilien (Filipenses 4:2-3), y podemos mencionar mas y mas ejemplos, y a la verdad si negamos todo esto, seriamos mentirosos, pero lo que Dios, El Espíritu Santo, nos enseña, al dejarnos estos ejemplos, es como los hermanos o apóstoles reaccionaron y actuaron para corregir esos desaciertos, la iglesia del Señor, no fue establecida para tener problemas entre los mismos hermanos, y si los llega a haber, por muy insignificantes que parezcan, eran detenidos por los apóstoles porque sabían que aunque sea un poco de levadura (1Corintios 5:6) les podía echar a perder toda la iglesia, no un poco, ni la mitad, el pecado destruye todo y satanás eso busca, destruir.

La iglesia del Señor va a tener problemas y tendrá ataques pero estos no deben permanecer y cuando digo problemas para la iglesia, son problemas de aflicciones por causa del Señor, las persecuciones y las humillaciones (Hechos 14:22), no estoy hablando de pecados, si una iglesia vive en pecados, esa iglesia no es del Señor Jesús (1Juan 3:6-9), estará muy llena de actividades en su nombre, pero será sede de satanás. Los pecados para el mundo y la santidad para la iglesia, el pecado es del diablo y la santidad del Señor Jesús. La iglesia de Dios, la Iglesia de Cristo Jesús, su Hijo, fue comprada (1Corintios 6:20) y limpiada para ser una esposa santa, sin mancha ni arruga, ni cosa que se le parezca (Efesios 5:25-27), en pocas palabras, la iglesia debe de ser perfecta como el que la compro; cuando en la iglesia del primer siglo surgían esas imperfecciones, hablando de pecados manifiestos, es decir surgía el pecado en el pueblo de Dios, tenia que ser extirpado inmediatamente, ¿No fue acaso la muerte de Ananías y Safira su esposa un desarraigo radical del pecado en la iglesia de parte de Dios mismo? Con semejante castigo y advertencia, ¿Quién se atrevería a mentirle al Espíritu Santo? ¿No dice la palabra de Dios que toda la iglesia tuvo un gran temor?, y que decir de la iglesia de Corinto que se creía “iglesia de Cristo” y hasta presumía de dones pero estaba sumida en pecados mundanos, ¿No es la primera carta a los Corintios una represión total en sus dieciséis capítulos? Y aunque fueron palabras muy duras ¿No fueron estas palabras del mismo Espíritu Santo? ¿No dice la segunda carta a los Corintios que la primera carta fue para producir en ellos un arrepentimiento? (2Corintios 7:8-9) Porque aunque tenían el nombre de “Iglesia de Cristo” de Corinto, no era una iglesia del Señor, porque andaba en pecado, y que podemos decir de Santiago, quien escribe una de las mas vehementes cartas de la biblia a aquellos que eran oidores y no hacedores, para aquellas personas conchudas, cristianos de salón dominical, que solo asisten a sus reuniones para oír y no hacer; estos a lo mejor no pecan con pecados escandalosos como los de Corinto, que simplemente escuchan que tienen que amar a su prójimo y no lo hacen, que se conforman con decirle a su hermano en sus necesidades “Dios te bendiga” sin ser ellos bendición de Dios a su prójimo, lámparas sin aceite, sales sin sabor, listas para que el mundo los pisotee y burlen el nombre de Cristo (Mateo 5:13-16, Lucas 14:28-30), estos que dicen “yo no me he acostado con la mujer de mi padre como los hermanos de Corinto, no creo que Dios me vea tan mal”, “se que mi pariente tiene necesidades, pero ya estoy orando por el”, “veo un poco de pornografía de vez en cuando, pero siempre le pido perdón a Dios”, Estos ignoran voluntariamente que el Dios que juzga los adulterios, las borracheras, los homicidios, las prostituciones, también juzga la codicia de los ojos, las envidias, las amarguras, los chismes, la pereza, etc. (Santiago 2:10-12). Que confunden la obra de Dios que es la piedad y la misericordia (Santiago 1:27), con reuniones, clases, enseñar a otros, y ser enseñados, ir a predicar en otras iglesias, organizar una reunión cada determinado tiempo, una velada, una excursión. Las actividades en nombre de “la obra de Dios” son sin numero, pero la verdadera obra de Dios que tiene comisionado a la iglesia, la de rescatar almas, de ayudar al pobre y al cansado (Libro de Hechos), se pueden contar con los dedos de la mano. ¡Que engaño tan garrafal!, no digo que el ministrar enseñanza sea malo, o que las actividades mencionadas sean malas o pecado; pero llevarse todo el tiempo en esas actividades es una perdida de tiempo y de almas, y es una maldad muy grande. Es como el que tiene diez toneladas de pan en un almacén donde solo tu comes, y los cientos que hay alrededor de ti (empezando por tu familia) mueren de hambre, hambre de Dios, se pudre el pan y al final ni ellos ni tu tienes para comer, al final ellos se pierden por su pecado, y tu te pierdes igual, pero por no ser luz en la oscuridad y sal de la tierra, por no dar de lo que tienes, pero si siempre están confundiendo la obra de Dios ¿Pues cuando se van a preocupar por SALVAR almas? No un proselitismo, sino SALVAR almas eternas, este es un tema muy hermoso y sublime y digno de requerir un estudio personal, para el que quiere hacer la voluntad de Dios.

Sea a los ojos de los hombres problemas chicos o grandes, pecados chicos o grandes, para Dios no existen las medidas de pecado, y cuando estos surgían; siempre un varón de Dios tiene una palabra del Espíritu Santo para detener los pecados que intentan corromper la esencia de la iglesia de Cristo el Señor Jesús y convertirla en una denominación que conserva el nombre de “iglesia de Cristo” pero no a Cristo. (Toda la historia del pueblo de Dios, Israel, y de la Iglesia)

Es digno de mencionar que el apóstol Pablo se entero de la situación de Corinto por medio de los hermanos de Cloe (1Corintios 1:11), mostrando así que los hermanos de Cloe notaron el camino de mal que habían tomado los de Corinto. Esto también nos hace inferir que el apóstol Pablo no se entero por medio de ninguno de los de Corinto, lo que nos recuerda las palabras del apóstol en la primera carta: “¿Es que no hay acaso entre ustedes quien juzgue estas cosas?” (1Corintios 6:1-11), porque ni aun los que presidian en Corinto hablaban, estaban callados ante las injusticias, fraudes y pecados de la iglesia, y no tenían valor para hablar. Esta conducta equivocada y de falsa virtud (callar y orar por los hermanos, [Ver “no juzgues”]) es la que existe hoy en día y no solamente en las “iglesias de Cristo”. Donde las iglesias están llenas de pecado, los jóvenes hijos de predicadores fornican, se casan forzadamente por su fornicación, o se queda la hija embarazada, los chismes, las murmuraciones entre hermanos, predicadores que cometen adulterio, el robo de ofrendas, los fraudes inmobiliarios, los pleitos por los locales de reunión, divisiones y contenciones por cosas vanas, el caciquismo, los negocios ilícitos de algunos “hermanos”, y podría mencionar mas cosas atroces que suceden hoy en día en las denominaciones. Pero ¡nadie dice nada!, ¡todos callados! Te dicen, “no juzgues hermano para que no seas juzgado”, “con la vara que mides serás medido, cuidado” y toda esa clase de teología satánica que existe en nuestros tiempos en cualquier lugar. Ya no estoy hablando solamente de la iglesia de Cristo. Si usted esta en una denominación, sea “iglesia de Cristo” o la que sea, que viva en la ligereza y tranquilidad de sus pecados, salga lo mas pronto posible de ella para que no sea usted participe de sus pecados y de sus juicios (Apocalipsis 18:4).

En este punto podemos concluir que el “prevenir” a los nuevos adeptos para que continúen en una denominación que viven en pecado, o que no viven en piedad y misericordia; es un pensamiento que nunca ha estado en el corazón de Dios. Sino todo lo contrario, sufrir los problemas, soportar los embates del enemigo siendo parte de una iglesia Santa.

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